LA POLÍTICA Y LA RESPONSABILIDAD

Spread the love

En los tiempos que vivimos, hablar de responsabilidad en la política debería ser primordial y no un tema tabú como suele suceder.​ Asimismo, creo que un gobierno, sea de la clase que sea, nunca debe considerarse como un ente omnipotente que todo lo puede y que nada debe. Un gobierno debe ser organización, acción, obligación y responsabilidad para con la ciudadanía. Y consecuentemente la política debe ser trabajo, debate y ante todo acuerdos.

Las personas debemos ser responsables, pero lo cierto es que no todas las personas asumimos las mismas responsabilidades en nuestras funciones. En mi caso, como en el caso de las personas en cargos públicos, creo que el grado de responsabilidad es mayor. Porque no debemos actuar exclusivamente de acuerdo a nuestras convicciones, si no que debemos preocuparnos por las consecuencias que éstas puedan tener en la ciudadanía, y en la convivencia de todas las personas que la conforman. Las actuaciones que parten desde el yo, para mí, están muy alejadas de lo que considero debe ser la responsabilidad política.

En Irun, llevamos meses viviendo una situación política inestable, al mando de un gobierno en minoría y hermético, que crea enfrentamientos innecesarios que perjudican el correcto desarrollo de nuestra ciudad y que no acepta ni propuestas ni opiniones de diferentes, ya sean de otros grupos políticos como de la propia ciudadanía que disiente de su actuación.

Creo ​firmemente que la política no es personalismo, no es individualismo, ni puede ser, por supuesto, imposición. La política es discusión, trabajo y acuerdo, proceso en el que cada cual pueda exponer su opinión o punto de vista, siempre desde el respeto, y por el bien del interés general.

Irun necesita un cambio, necesita avanzar y dar pasos en positivo, para que nuestra ciudad prospere y muestre todo su potencial. Irun puede ser competitiva, plural y avanzada. Y no debemos aceptar que nos intenten confundir. Mostrar diferentes puntos de vista y llegar a acuerdos entre diferentes es la práctica democrática de una sociedad avanzada. Los enfrentamientos y descalificaciones sin fundamento no tienen lugar en una buena gobernanza. Cuando las cosas se hacen bien, hay que apoyarlas, pero cuando se hacen mal, se debe reconocer el error, reflexionar y rectificar, porque no olvidemos que para gobernar son esenciales la honestidad y la responsabilidad.